domingo, 25 de noviembre de 2012

Dökkàlfar 0 - Trituradores de Khorne 2



Spike! ofrece su cobertura del partido y el postpartido Dökkàlfar – Trituradores de Khorne.


El partido entre los elfos oscuros y el Caos degeneró en una monumental reyerta que influyó decisivamente en el criterio del árbitro halfling designado por el comité de competición. Sin el control del colegiado, los jugadores se enzarzaron en un frenesí violento que acabó beneficiando al equipo caótico.


Que la violencia es inherente al bloodbowl es algo que todos los practicantes del deporte rey tienen que asumir. Al parecer, en adelante será algo que también deberían tener en cuenta los aficionados que acudan a los partidos del Bloodbowl Championship. Desde luego, si lo que Zargh Káh “el Aberrante” quería eran almas que saciasen el apetito de los dioses oscuros, el partido que enfrentó a su equipo contra los Trituradores de Khorne debió ser todo un regalo para sus ojos.

La organización del campeonato había puesto toda la carne en el asador para este partido, consciente de que gran parte de la prensa deportiva y la práctica totalidad de los aficionados, daban por segura la victoria enana en el otro encuentro de la jornada. El partido entre los drow de Dökkàlfar y los Trituradores de Khorne, en cambio, enfrentaba a dos equipos enrachados que habían demostrado estar muy igualados en su primer enfrentamiento y que, al comienzo de esta jornada, ocupaban el primer y el segundo puesto de la clasificación. Las aficiones respondieron generando un ambiente electrizante y llenando el aforo del estadio élfico, algo limitado debido a las obras que comenzaron pocos días antes y que se prolongarán durante prácticamente un mes. Ocho mil elfos oscuros y otros tantos hombres bestia – los que han sobrevivido a la gira de los Trituradores de tres encuentros lejos de casa – animaban incansablemente a sus ídolos mientras sus equipos calentaban sobre el terreno de juego, pero a medida que se acercaba la hora prevista para el comienzo del encuentro, los cánticos fueron derivando en abucheos y amenazas entre las aficiones. La palpable tensión reinante en el graderío se trasladó al campo y los capitanes de ambos equipos, Vallhall y Tròn’y “el Devastador”, decidieron sustituir el sorteo inicial por una agresión conjunta al árbitro del encuentro, el halfling Pimpernell Morro, cuya actuación durante el primer tiempo quedó ciertamente condicionada por el hecho de estar inconsciente. Athel, el hombre bestia que suele patear por parte de los Trituradores de Khorne, se hizo con el silbato del mediano y, ante la ausencia de árbitro sustituto, se encargó de realizar el pitido inicial. Era la señal que todo el estadio estaba esperando.


Pimpernell Morro en su etapa como jugador.
              Mientras los pupilos de “Igurin” arriesgaban de nuevo con una patada muy corta, en la grada ambas aficiones cargaron en direcciones opuestas. Los Dökkàlfar reaccionaron con soltura a la rápida presión caótica y cerraron el camino hacia el balón a costa de trabar en un duro combate con los Guerreros del Caos a toda su delantera. Este pequeño sacrificio permitió a Anstrok “el malévolo” hacerse con el balón y vascular hacia la banda izquierda de su ataque, menos poblada por la defensa de los de “Igurin”. Sin embargo, los Trituradores sorprendieron decidiendo, a instancias de su entrenador, renunciar a una defensa convencional y se concentraron, en cambio, en tratar de acabar con la mayor cantidad de elfos posible antes de recibir un ensayo, para luego atacar en superioridad numérica. Confiando todo el flanco derecho de su defensa a Kittán y el propio Athel, todos los Guerreros del Caos y el hombre bestia Abbark Rog comenzaron a patear a los líneas drow que habían detenido inicialmente su avance, hasta que consiguieron sacar del partido a Asturaêz “el carnicero”.
 Al mismo tiempo que, en la tribuna, la afición local se recuperaba de la embestida de los ‘ultracabras’ gracias al empleo de diversas armas blancas que, al parecer, son totalmente legales en el feudo de los elfos oscuros, los Trituradores continuaban con su labor sobre el terreno de juego. El siguiente de su lista fue ni más ni menos que la máxima estrella de los Dökkàlfar, Tròn’y “el Devastador”, que acabó en el peor sitio de todos los posibles: en la grada. Una potente embestida Batch’ka acabó con el blitzer en medio del fondo ocupado por los radicales caóticos, que se dieron un festín con el jugador adversario hasta que las fuerzas de seguridad del estadio pudieron rescatarlo causando cuantiosas bajas entre la hinchada visitante.

En el ecuador de la primera parte un error puntual cambió la suerte del partido: con el grueso de los Trituradores de vuelta a las labores defensivas, Kittán y Athel pudieron darse un respiro y vascular a posiciones de cierre. Anstrok decidió entonces abandonar la protección de su delantera y avanzar para intentar conectar con el blitzer Ar’yteö para buscar un ensayo rápido y recuperar efectivos, pero, lamentablemente para los Dökkàlfar, Vallhall presionó sobre su movimiento ofensivo y el línea drow se fue al suelo en medio de la primera línea caótica.
A partir de ese instante, el partido resultó relativamente plácido para los Trituradores. Con el oval en manos del bestia Dak Ta Ruk y dos jugadores más sobre el campo, Anarreg Khan ordenó, como suele ser habitual, buscar la protección de la banda derecha para proteger el avance del equipo. En esta ocasión, la ya conocida como “línea Igurin” contó con algún efectivo menos del habitual, ya que Kittán y Horus II se rezagaron para continuar con la grata tarea de patear elfos, aunque en esta ocasión con escaso éxito. Solo Krêlk “el salvaje”, jugador con muchas cuentas pendientes con los Trituradores, hizo peligrar con sus intentos suicidas de colarse a través de la formación caótica el ensayo de Dak Ta Ruk, que finalmente se produjo al filo del descanso. Los 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios justo cuando Pimpernell Morro parecía recuperar la consciencia.

 Dak Ta Ruk avanza en posesión del oval mientras los drows tratan de bajar a posiciones defensivas

La segunda parte se presentaba muy cuesta arriba para el equipo local que, además, parecía que no iba a contar con la ausencia de colegiado para favorecer su defensa. El ambiente en la grada parecía así mismo algo más tranquilo. Quizá demasiado en opinión de Hercèbùd “el Cobarde”, que propinó un derechazo al desdichado Pimpernell en cuanto puso nuevamente un pie en el campo. Era, nuevamente, la señal que los insatisfechos aficionados habían estado esperando: la algarabía por la agresión al colegiado halfling provocó la inmediata reacción de los ultracabras que, habiendo tenido más de diez minutos para olvidar la maestría élfica con las armas cortas, cargaron nuevamente contra la tribuna de la hinchada drow, dando comienzo a una nueva serie de disturbios que se extendieron hasta el final del encuentro.
A pesar de todo, la inferioridad numérica de los elfos impidió que los Dökkàlfar sacaran partido de las faltas y los placajes ilegales que podían hacer para frenar a los Trituradores que, además, siguieron imponiendo su fuerza en el medio campo. El capitán del Caos, Valhall, sacó del campo al blitzer drow Werthgedà “el Crédulo”, que debió ser atendido por las asistencias médicas a causa, cómo no, de un derrame ocular, auténtica especialidad del equipo de Anarreg Khan.
Una nueva “línea Igurin” llevó cómodamente a Horus II hasta las inmediaciones de la zona de ensayo, donde los Trituradores se detuvieron para evitar que posteriormente los Dökkàlfar recibieran con suficiente tiempo como para anotar. El hombre bestia trató de ceder el honor de ensayar al Guerrero del Caos Angrok que, sin embargo, se mostró incapaz de recoger el preciso pase de Horus. Finalmente el propio Horus II se encargó de volver a recoger el oval y anotar su cuarto ensayo del campeonato.

Tras el final del partido, que terminó sin pitido final, las hostilidades cesaron y dieron paso a una extraña tranquilidad que envolvió a jugadores y aficionados mientras abandonaban el estadio. Cuando Pimpernell Morro finalmente se incorporó, minutos después del final del encuentro, los empleados de los Dökkàlfar habían comenzado con el recuento de las víctimas sufridas por ambas aficiones: aproximadamente doscientos hinchas habían cumplido el sueño de todo seguidor y también el de Zargh Káh “el Aberrante”: dejarse la vida animando a su equipo.

Segunda "línea Igurin" del partido, ya en franca superioridad numérica caótica.

DECLARACIONES POSTPARTIDO:

- “El Aberrante”, tan serio como cabía esperar pero incluso más surrealista de lo normal, compareció en rueda de prensa sin admitir ninguna pregunta de los periodistas:
“Estoy terriblemente disgustado. No solo hemos perdido el partido, sino que además no hemos herido a ningún adversario y no ha muerto ni un solo jugador. Mi único consuelo ha sido el público. Al menos la afición ha estado a la altura y podremos llevar a cabo un gran ritual en honor a Slanesh gracias a ellos”.
“Podéis estar muy seguros de que esto no va a seguir así. En adelante, sacrificaré un jugador, elegido aleatoriamente, por cada partido que perdamos. Y para demostrar que hablo totalmente en serio, empezaremos hoy mismo. Podéis ir a comprobarlo. Ese incompetente de Jirktarg “el Solitario” ya está colgado en el palo más alto del estadio”.
“Por lo demás, quiero anunciar que, como todo el mundo ha podido apreciar, hemos comenzado una serie de obras en el estadio con el objetivo de satisfacer las crecientes demandas del público. Se invertirá una fuerte suma en habilitar palcos aptos para sacrificios y ampliaremos la que en adelante se llamará ‘la grada del sufrimiento’. Además, para nuestro próximo partido en casa, espero poder desvelar una sorpresa que hará las delicias de nuestra hinchada. Piden sangre y sangre tendrán”.

- Tras él, un exultante pero reflexivo “Igurin” ocupó poco después su lugar frente a los medios:
“Es evidente que estamos teniendo bastante suerte en los enfrentamientos igualados que nos hemos encontrado hasta el momento. No sufrir ni una sola baja en cuatro partidos de bloodbowl, que un elfo se caiga ante una mínima presión o que varios enanos sean incapaces de volver en sí en todo un partido, es simplemente eso: suerte. Sin embargo, tengo que decir en nuestro favor que la suerte hay que salir a buscarla muy temprano por las mañanas. Y eso es lo que estamos haciendo: trabajar y presionar a nuestros rivales. Hasta el momento ellos han fallado más de lo debido y nosotros nos hemos aprovechado, eso es todo”.
“¿El entrenador drow? No, no creo que esté ‘absoluta y completamente averiado’, no diría tanto... Es más, yo si fuera tú, tendría cuidado al hablar de él. He tratado de tener una reunión con "el Aberrante" para preparar un poco la estrategia de cara al partido de las estrellas en el que compartiremos banquillo, pero, al parecer, estaba teniendo una charla técnica con uno de sus jugadores... Algo sobre sacrificarlo en el altar a Slanesh que hay por aquí… En fin, nada malo, en cualquier caso. Eso lo que revela es que es un profesional y que se toma en serio su trabajo. Eso me gusta”.
“No. No todo va viento en popa, porque por enésima vez, nos han robado el dinero de la recaudación y no puedo sino ver una mano negra que está tratando de compensar la aplastante marcha de mi equipo. En condiciones normales Khorn ya estaría con nosotros para el próximo partido, dispuesto a matar guardabosques, pero tendremos que esperar una jornada más. El carruaje para transportarlo no es caro, pero no tenéis idea de cuánto pretenden cobrarme los sucios guardias imperiales por el seguro de viaje. Y del extra por mascotas mejor no hablamos. Es una vergüenza”.

OTROS DATOS DEL PARTIDO:

- El crack: Vallhall sigue asombrando por su versatilidad en el juego. El Guerrero del Caos dio un recital amedrentando al árbitro, capitaneando la persecución de drows de la primera parte y manteniendo la primera línea caótica en la segunda, dejando fuera de combate a un blitzer oscuro.

- ¡Vaya día! Si hubo alguien que se fue más descontento que el pobre Pimpernell Morro del campo, ese fue el “Pequeño Devorador”. Kittán se quedó sin probar sangre por primera vez en varias jornadas, a pesar de los desesperados intentos del hombre bestia por embestir a cualquier cosa que se moviese dentro de su campo de visión.

- El dato: el partido frente a los Trituradores ha sido el primero en el que los Dökkàlfar, con el mejor ataque de la liga, no han podido anotar un solo ensayo. Un partido para olvidar ya que, además, no consiguieron bajas, ni pases que añadir a sus excelentes estadísticas.

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