viernes, 18 de enero de 2013

Dökkàlfar 2 - Deepforest Runners 3


Spike! ofrece su cobertura del partido y el postpartido entre los elfos oscuros de Dökkàlfar y los Deepforest Runners.

Los elfos silvanos sentencian la liga regular.

El árbitro mira su reloj de sol y, por enésima vez, comprueba nervioso que le resulta totalmente inútil en el tenebroso estadio oscuro. No está del todo seguro, pero tiene la impresión de que el tiempo reglamentario ha concluido hace rato y se lleva el silbato a los labios. An Ranqui, la estrella visitante, tiene el balón: ha despachado uno de sus habituales partidazos; sus receptores cruzan como balas la defensa local y los dos wardancers sostienen la primera línea para que su capitán elija el destino del que será el último pase de la noche.

Con el partido apurando los minutos de descuento y un empate en el marcador, los dieciocho mil elfos que abarrotaban las gradas del sufrimiento - siete mil de ellos silvanos venidos desde los Ash Grooves - sentían que era el momento de los héroes. El momento de An Ranqui, pero también de "el Devastador", otro de esos jugadores especiales, capaces de dar lo mejor de sí cuando todos los demás están petrificados con la boca abierta. Tròn'y se interna entre los zagueros silvanos como un puñal en la tripa de un skaven y encara al ídolo local con un objetivo claro: acabar con lanzador y entrar en la zona de touch arrastrando a su equipo hacia la lucha por un puesto en la final.

Ranqui ve venir el peligro; alarga su brazo y más de diez mil elfos escuchan cómo se tensan sus tendones. Atta Cam y Kainen Mau' siguen corriendo hacia adelante: no necesitan mirar la trayectoria del oval. Conocen a su capitán y saben que, simplemente, el balón caerá en sus manos en el momento preciso. Tròn'y, en cambio, no se da por vencido e invierte su último empuje en precipitarse hacia el silvano que, concentrado en su lanzamiento, no puede esquivar el placaje.

Los drows saltan de sus asientos al mismo tiempo que los aficionados visitantes se llevan las manos a la cabeza. Del amasijo élfico que rueda por el suelo sale victorioso "el Devastador", nuevamente en pie, jadeante, pero con ventaja para marcar. El ataque silvano se detiene inmediatamente. Los bailarines guerreros entran en acción y se dividen: Bein Wilwarin acude desde la zona media a presionar a Tròn'y, mientras Wea Edan avanza para ejercer de enganche con los receptores. Los de Tûg Wilwarin en Fír Loth han aprendido que su genética siempre puede concederles un último ensayo.

"El Devastador" no puede más. Se arrastra con pundonor hacia el oval, pero está al límite y un wardancer y dos líneas silvanos llegan para hacer la cobertura. Al borde de la línea de ensayo, al borde de la raya de cal que separa a Dökkàlfar de su lucha por la copa, Tròn'y alcanza por fin el balón. Pero, hoy, la gloria no será para él: Bein Wilwarin saca de combate al blitzer oscuro e inmediatamente cede la posesión a Nelde Telko, uno de esos jugadores de equipo que trabajan para el lucimiento de sus compañeros. Hoy le toca hacer de estrella y, aunque no es An Ranqui, sigue siendo un Runner.

Sus compañeros han seguido activos mientras todo los Dökkàlfar se han quedado quietos esperando a ver el resultado de la carga de su capitán. La jugada es complicada y el tiempo apremia, así que el línea silvano no se molesta en buscar una posición adecuada para enviar el balón hacia adelante: dispara con todas sus fuerzas. El árbitro está a punto de señalar el final cuando el balón cruza la línea divisoria. Todo lo que puede ocurrir es que los locales pierdan el partido y tenga que salir escoltado del estadio. Eso, si logra salir. Pero, por alguna razón, no pita y el oval es capturado por Kainen Mau' a pesar del intento de la zaga oscura por estorbarle. Oroktof "el Maldito" y Asturaêz "el Carnicero" son los últimos obstáculos que separan a los Runners de su primera victoria y el receptor silvano está sobradamente capacitado para superarlos.

Con una rápida finta, desequilibra a Oroktof que trata de cerrar la salida del silvano por la banda. Desde el carril central del ataque, Mau' se permite el lujo de irse directamente contra "el Carnicero" y dejarle clavado pivotando a su alrededor. La imagen del receptor girando sobre sí mismo en una perfecta vertical, deshaciéndose del último defensor drow, quedará grabada para siempre en la retina de los asistentes. El árbitro sale de su ensoñación y, recordando antiguas lecciones sobre la importancia de mantener su integridad física, trata de pitar antes de que el Runner traspase la línea de ensayo.

 Kainen Mau' al término del encuentro.

Su reacción es inútil. Kainen Mau' es más veloz que las neuronas y recorre varios metros por el aire. Cae al suelo, por una vez, con poca elegancia y embadurnado, manchado de lodo, cubierto de gloria. Los dos ensayos oscuros pasan al olvido. Las preocupantes lesiones de Orn Mela y Gorga Agar saben mejor así: solo cuenta este último balón, que Kainen Mau' eleva desafiante ante la grada del sufrimiento. Es la primera victoria silvana en el campeonato y los locales se quedan sin objetivos y prácticamente sin entrenador: todo lo que queda de "el Aberrante" es una tenue aura púrpura que recorre el estadio pero no hace declaraciones y los rumores sobre su muerte definitiva van en aumento.

Tan solo el preparador silvano comparece ante la prensa. Se despacha a gusto, vencedor por fin de un asalto en su eterno duelo personal contra el bloodbowl control que sigue dominando la liga. Los dardos que dispara contra sus rivales no son deportivos, sino filosóficos:

"Así juegan los elfos. No nos interesan los tatuajes, la música antisistema y no nos olvidamos nunca del arte del pase. No centramos nuestras tácticas en dar cabezazos a los rivales. Antes o después, quienes se concentran en eso, pierden. Antes o después, debíamos vencer".

"Seguiremos por este camino. A pesar de las dificultades que las antihigiénicas barbas enanas plantean a la hora de concentrarse en el juego, les haremos una demostración de juego maestro. Buenas noches".

Spike! recoge su equipo mientras los periodistas, aún embelesados por el espectáculo que acaban de presenciar, no pueden evitar preguntarse qué habrá sido del gran Zarg Kàh. Puede que, efectivamente, con esta derrota digamos adiós al carismático entrenador oscuro; sin embargo, quien les habla tiene la sensación de que a alguien como 'el Aberrante', es más prudente dedicarle un "hasta luego".





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